31/1/13

Con la vida no se juega


En España todos los días cierra un albergue o refugio de animales desde que empezó la crisis. Es común entre los "animaleros" recibir diariamente fotos de perros que buscan, ya no familias, sino tristes jaulas disponibles para ellos.
España: 0 point!". Si actualmente se hiciera una valoración de la situación en la que se encuentran los animales en nuestro país la puntuación sería muy fría, bajo cero.
Al fin y al cabo, si durante la gran ola de la burbuja económica se abandonaban animales ¿Qué podemos esperar ahora?


Evidentemente, cuando no hay para todos comienza el reparto. Es en ese momento en el que la sociedad suele dejar en el último puesto a los animales. Pero se equivocan, lamentablemente se equivocan.
Déjenme ponerles algunos ejemplos: la enfermedad de la rabia provoca cada año más de 40.000 casos de muerte de personas. Los países principales donde se produce no piensan que recogerles de la calle cuando están abandonados sea un tema prioritario. Sin embargo, hacerlo es mucho más barato que el gasto que producen todas esas muertes. Y eso sin contar, por supuesto, con el sufrimiento tan brutal que todas ellas conllevan.Por cierto que la mayoría son niños.

No obstante, me imagino que estarán pensando que eso ocurre en sitios lejanos y tercermundistas. Volvamos, pues, a nuestro "avanzado entorno".
La Dirección General de Tráfico, la DGT, registra anualmente más de 6.000 accidentes de tráfico en nuestro país motivados por animales. De éstos, más de 300 tienen víctimas. ¿Creen que los familiares de las mismas pensaran que es un esfuerzo innecesario contar con centros adecuados para la recogida de los mismos?
¿Y qué decir de los animales exóticos y salvajes que son abandonados o que se escapan de sus dueños? El rescate de los mismos también es esencial. En los últimos años, hemos recogido conjuntamente con la Concejalía de Sanidad y el Ayuntamiento de Alicante, cocodrilos en fuentes, tigres abandonados en descampados, leones atados a la barandilla de una discoteca, serpientes pitones sueltas por la calle, boas, etc, etc.
Es un tema de protección de animales, sí, pero también de personas. No se olviden, también de personas.
Desde aquí, más allá de las fronteras de nuestra provincia, pido a ciudades como Madrid, Barcelona o Sevilla, por ejemplo, y a muchas más, que ayuden a que se mantengan los albergues y refugios de su ciudad. Es un tema primordial de respeto y seguridad.Recuerden, con la vida no se juega.



Raúl Mérida