6/2/16

¿Osos o leones?


Cuanto más conozco al hombre, más admiro a los animales.

Existen muchas curiosidades y cualidades de los animales que viven en el Arca que si cabe, aumentan aún más la importancia y grandeza que poseen. Conocerlas ayuda entender mejor lo que han sufrido y sobre todo, lo que algunos  humanos han sido capaces de llegar a hacer o mejor dicho, a <<mal hacer>> con algunos de ellos.

Por ejemplo, cuando hablo del león que tenemos acogido en nuestro centro y que quedó ciego y sordo porque lo mantenían atado en la trastienda de una conocida discoteca, siempre explico que un león es capaz de oír varios miles de veces más que un humano. 
En realidad, eso lo consiguen sobre todo gracias a que son capaces de escuchar infrasonidos que nosotros jamás podríamos ni siquiera llegar a sentir... Imagínense, por tanto, la tortura que pudo  llegar a padecer encerrado en aquella discoteca. Para una perfecta máquina de oír cómo él, tuvo que resultar absolutamente insoportable el sonido ensordecedor de la música disco a toda pastilla. No es de extrañar que sus tímpanos quedaran inutilizados de por vida.  

Pero verán, al hablar de los leones también suelo referirme, a menudo, a su capacidad de oler. Comparándolo de nuevo con nosotros, podemos afirmar que un león huele un millón de veces más que un humano, lo que sin duda es una barbaridad. Cualquiera de los leones que tenemos acogidos en nuestro centro de Alicante, sin moverse de su recinto, puede saber perfectamente cada día qué es lo que se cocina en cualquier restaurante de la Costa Blanca. Nosotros no podemos llegarnos a imaginar que significa eso ni como pueden llegar a procesar tantos olores distintos pero el cerebro de un león está perfectamente diseñado para ello.

Y no crean, en realidad, siendo una pasada lo anterior, si les soy sincero, no es el animal con el olfato más desarrollado que ha pasado por el Arca. Los osos que hemos rescatado a lo largo de estos años, por ejemplo, nos han demostrado claramente que en eso del olfato, el oso es el rey.  
Verán, un oso huele siete veces más que un león. Se considera que es el animal que más olfato tiene en todo el planeta. Éstos usan su capacidad para oler como forma de comunicación. Les sirve para buscar pareja o por ejemplo, para reconocer a sus crías. Son capaces de oler lo que no podemos llegar ni siquiera a imaginarnos, por ejemplo, las plantas que hay en el interior de una casa cerrada qué comida guardamos dentro de la  nevera para almorzar mañana. 
Para hacernos una idea de lo que significa esa capacidad en su vida podemos decir que mientras el tamaño del cerebro de un oso es tres veces más pequeño que el de un humano, sin embargo, la zona que gestiona el olfato en su cabeza es cinco veces mayor que la nuestra.  Pero, ¿y su nariz? ¿Realmente existe tanta diferencia entre la de un humano y la un oso?  Pues sí. La nariz de un oso es, nada más y nada menos, que cien veces más grande que la nuestra… 

Pero, volviendo a nuestro león de El Arca, aún nos queda una facultad de la que, en su caso, carece por haber recibido el impacto de cientos de miles de flashes cada día sobre sus ojos. Me refiero, claro está, a la vista. 
Desgraciadamente, el haber sido usado sin límite alguno cada noche en la discoteca para hacerse fotos con el mismo, dañó sus retinas de por vida perdiendo así una de las cualidades principales que poseen estos animales.
Para que puedan hacerse una idea, un león es capaz de ver lo que ocurre a kilómetros de distancia y de percibir cualquier ligero cambio que se produzca en su entorno. Pero en realidad, siendo excepcional su visión durante el día es, sin lugar a dudas por la noche, cuando adquiere cualidades absolutamente increíbles. 
Un león es capaz de ver diez veces en la oscuridad mejor que nosotros. Sus ojos pueden captar la luz más débil e iluminarse con ella. Para ellos, por ejemplo, la luz de la luna o la de las estrellas es como para nosotros un potente foco de luz direccional. ¿Y cómo lo logran? El secreto está en el interior de sus ojos. Por un lado poseen una retina recubierta de un grupo muy denso de células fotosensibles pero, además, por otro, tienen lo que se llama "tapetum", una capa de células reflectantes detrás del ojo que son las que se encargan de alumbrarles en la oscuridad. ¿Han visto alguna vez lo que ocurre cuando alumbramos con el coche los ojos de un gato? ¿Se han fijado en como brillan? Eso lo produce el tapetum lucidum que en realidad comparten todos los felinos e incluso también los perros pero, no los humanos.  
El tapetum refleja la luz visible a través del ojo y así, sus fotoreceptores tienen una segunda oportunidad para absorber los rayos de luz. Evidentemente, todo esto trae consigo una mayor capacidad visual nocturna o lo que es lo mismo, una enorme ventaja para cazar de noche.  

Así que, pensando en todo lo anterior, podemos hacernos claramente una idea de porque se les considera el rey de la selva. Los leones disponen de un conjunto de sentidos tan desarrollados que no tienen enemigo alguno…  Salvo el hombre, claro está que como siempre, sin miramiento alguno los caza, los vende y los utiliza en su provecho aunque, por ello, como en el caso del león que tenemos rescatado en el Arca, quede, desgraciadamente,  ciego y sordo de por vida.  

Raúl Mérida


Nota: En el Arca de Noé rescatamos aquellos animales salvajes que necesitan ayuda www.fundacionraulmerida.es  o www.animalesarcadenoe.com