El hombre hace algunos años, al darse cuenta de que con sus acciones estaba llevando al borde del precipicio a buena parte de los animales salvajes que pueblan el planeta, comenzó a intentar ponerse límites a sí mismo y a frenar su altísimo poder destructivo. Fue entonces cuando comenzaron a desarrollarse los primeros programas para la protección de los animales en el mundo. Así surgió el famoso convenio CITES, los primeros parques naturales y las conocidas reservas de animales que aún hoy, intentan sobrevivir principalmente en África, Sudamérica y Asia.
Sin embargo, los peligros para algunos de estos animales sigue siendo aún hoy, de tal entidad, que lo más probable es que en los próximos años muchos de ellos sean sólo historia.
Por ejemplo, la deforestación en Asia ha acabado con el alimento de muchas especies. El calentamiento del planeta y los incendios han arrasado literalmente los bosques y con ellos, sus hogares y su comida.
Pero, ¿qué ha ocurrido en África donde se sitúa el mayor número de reservas del mundo? Pues que las agresiones son tan constantes que algunas ONG's han tenido que destinar la mayor parte de sus presupuestos a la seguridad de las reservas que gestionan. Muchas de ellas parecen auténticos campos militares custodiados por ejércitos armados que simplemente intentan proteger a los animales del ataque diario de los cazadores furtivos.
Pero sin lugar a dudas, de todas las especies amenazadas en la zona, hay dos que sufren especialmente el azote de éstos y de las bandas organizadas que trafican con los mismos. Se trata de los pobres rinocerontes y elefantes.
El interés económico que despiertan ambas especies es de tal magnitud, hay tanto dinero a ganar que realmente hoy en día, para cazarlas todo vale.
¿Y por qué precisamente rinocerontes y elefantes? El motivo principal es la fuerte demanda de los mismos por el mercado asiático. Una parte de la medicina tradicional china sigue afirmando que el polvo extraído del cuerno de rinoceronte posee grandes cualidades curativas y afrodisíacas. La ciencia ha manifestado claramente que todo es falso pero, da igual. En este mundo pesa más la creencia que la verdad.
Sólo el año pasado, en África, más de quinientos rinocerontes fueron abatidos por furtivos a tiros y se cree que el número de elefantes puede ser, incluso, mayor.
Actualmente se trabaja también incansablemente para proteger a los supervivientes. Las organizaciones no gubernamentales que actúan la zona saben bien que los individuos de ambas especies que quedan en las reservas son auténticos tesoros a proteger. Por ese motivo, en los últimos años se han creado multitud de guarderías para las crías huérfanas de estos animales. Los santuarios dedicados a recoger hijos de rinocerontes y elefantes a los que los furtivos han asesinado, se han multiplicado y no sólo eso, además han tenido rápidamente que agudizar su ingenio para sacarlos adelante.
Las dificultades para ello son de todo tipo… Espacio, dinero, medios humanos, técnicos, todo está en contra, desde lo más complejo hasta lo más sencillo.
Fíjense, por ejemplo que, uno de los principales problemas con los que se encuentran a diario estas ONG's, es preparar a estos animales para volver a vivir en libertad cuando sean adultos. ¿Cómo enseñarles a buscar comida y sobre todo, cómo explicarles qué deben y no deben comer?
Claro que todo tiene su truco, al principio se pensó en usar para ello perros pastores que les cuidaran como una especie de nodrizas. Y la verdad es que los primeros lo hicieron muy bien hasta que, claro, los cuidadores humanos de los mismos comprobaron cómo las crías de rinoceronte y de elefantes a la hora de buscar comida no lo hacían olisqueando la hierba fresca, sino que se decantaban más por buscar el cuenco más próximo con pienso de perro. En fin.
Afortunadamente, posteriormente, al darse cuenta de las malas costumbres que iban adquiriendo, cambiaron a los perros por ovejas y, fíjense, acertaron.
Hoy en día, en las reservas de África son las ovejas las que enseñan a elefantes y rinocerontes a pastar del campo la hierba necesaria para su alimentación.
Afortunadamente, por un lado existen grandes expertos trabajando con ellos y,por otro, cuentan con el apoyo incondicional y económico de los países más civilizados de Europa en cuanto a protección de animales como Holanda, Francia, Alemania, Reino Unido, etc, etc.
Sin embargo, en nuestro país las cosas son muy distintas. Nos llegan, por ejemplo, noticias en estos días de que la Fundación Rainfer de Madrid que gestionaba uno de los centros de rescate para primates más importantes y reconocidos de España y Europa -en el que, por cierto, se acogía a todo tipo de monos maltratados procedentes del tráfico ilegal de especies- cerrará sus puertas el mes que viene. Los problemas económicos y la falta de ayuda les lleva a desaparecer. Quizás sería bueno recordar que todos esos animales -como los que nosotros acogemos en el arca- son responsabilidad del Estado Español y que es éste y no otro, el que debería apoyar económicamente esta labor y evitar un cierre como ese.
Pero todo lo anterior, huelga en nuestro país. Esa es la realidad. El movimiento animalista cada vez es más importante en nuestra sociedad, sí, pero, sin embargo, el dinero para los animales cada vez es menor. Nuestros gobernantes siguen llenando sus discursos con la palabra solidaridad sin saber qué significa. Hablan y hablan pero, como siempre, no dicen nada. La realidad es que si al menos miraran a los animales con respeto una sola vez, quizás se darían cuentan de que la vida de uno solo de esos monos, rinocerontes o elefantes, sólo de uno, es, sin lugar a dudas, un cifra infinita para la conservación de este planeta.
Raúl Mérida
Nota: En el Arca de Noé rescatamos aquellos animales salvajes que necesitan ayuda. Más información en: www.fundacionraulmerida.es o www.animalesarcadenoe.com