11/1/15

Historias que parecen cuentos

— Papá, ¿podrías contarme un cuento?
— Lo siento, cariño. No recuerdo ninguno… En realidad, sólo sé historias reales que, eso sí, a veces parecen cuentos.
— Vale, pues cuéntame una papi, por fi…

Érase una vez una ciudad llamada Alicante que tenía todo lo que uno podía desear. A falta de un castillo, tenía dos, y, mientras otros muchos lugares se morían por poseer una sola playa, aquella ciudad albergaba muchas y diferentes, y todas abrazadas por un mar azul e intenso.
>> En realidad, aquel lugar tenía muchas cosas que lo hacían único. Sus palmeras, sus comidas, sus vinos… Y, sobre todo, su gente. Personas, en general, trabajadoras y honradas, todas con esa mirada limpia que da el reflejo del mar en las pupilas.
>> Y, aunque amaban su ciudad, sin embargo, desconocían muchas cosas de ella. Calles perdidas, rincones, anécdotas, historias, leyendas… Por ejemplo, pocos sabían que el famoso Arca de Noé buscado desde la época bíblica o, lo más parecido a éste que podría existir hoy en día, estaba a pocos metros de todos ellos… Allí, por cierto, en el Arca, vivían los protagonistas de nuestra historia, dos hermanos, Hansel y Gretel.

— ¡Papá que eso es de otro cuento! ¡Te estás equivocando! ¿No me dirás ahora qué vivían en una casa de chocolate, verdad?
— No, espera… Verás, vivían encerrados. Desgraciadamente alguien les condenó a vivir así el resto de sus vidas.
— ¿Una bruja mala, papá?.
— Alguien mucho peor, cariño, fue un humano. El animal más peligroso que existe… Verás, Hansel y Gretel, los que viven en el Arca, no son dos niños de cuento, son dos enormes pumas de la selva. Dos animales de una fortaleza tan extraordinaria que pueden llegar a saltar hasta más de cinco metros de altura. ¿Te imaginas?
— ¿Y por qué viven en Alicante, papá?
— Porque aquí, aunque como te he comentado antes, mucha gente aún no lo sepa, hemos creado el único santuario de animales salvajes de Europa, un lugar donde se les protege. Pero, volvamos a la historia de los pumas. Verás, fue un vecino de un pueblecito cercano a Barcelona quien, un mal día, decidió que no tenía bastante con un adoptar o comprar a un "lindo "gatito". Él quería más. Buscaba una pareja de gatos gigantes, cuánto más grandes, mejor… Podía haberse decantado por un león o un tigre, ya puestos… Pero, no. A él siempre le gustaron los gatos grises siameses, así que decidió comprar a dos enormes felinos grises, sí, pero pumas. Y, así, previo pago, llegaron aquellos enormes animales a su casa. Les llamaron Hansel y Gretel. Nunca me explicaron por qué. Supongo que debió ser un capricho.
— Cuéntame más, anda…
— Ya voy, poco a poco. Aquellos animales crecieron rápidamente. Sus patas se alargaron sin límite y sus músculos se tensaron tanto que, pronto, la valla de tres metros que rodeaba su casa dejó de ser un obstáculo para ellos. Empezaron a salir fuera, a escaparse, y comenzaron las denuncias… Pero, aquellos pumas no sabían nada de las leyes ni las normas de los hombres. Ellos, al fin y al cabo, eran gatos que gustaban de ronronear alrededor de sus dueños, casi animales de compañía que repetían cada día la misma rutina.
— ¿Y qué hacían, papá?
— Pues supongo que, simplemente, ser un gato… Me contó la policía que, por ejemplo, todas las mañanas, a la misma hora, se escapaban hasta el patio de un colegio cercano donde buscaban los restos del almuerzo de los escolares. Imagínate cómo corrían los niños al verlos… No, no te rías. Al final, la situación se hizo insostenible. Una mañana la policía acudió a la casa y les dio un ultimátum, los animales debían marcharse de allí. Entonces fue cuando nos llamaron.
— ¿Y fuisteis a por ellos?
— Sí, los trajimos hasta aquí. No fue fácil. Trasladar animales así siempre es muy delicado porque ellos no saben qué les está pasando… Pero, afortunadamente, todo fue bien
>> Ahora viven juntos en un recinto especial en el Arca, rodeados de leones y tigres… Pero, ¿sabes? Muchos días me quedo mirándoles pensando en cómo serían sus vidas anteriores como gatos porque hoy, por carácter y derecho, vuelven a ser pumas.
>> ¿Ves, chiqui?, en esta historia, tal real como la vida misma, no hay monstruos ni ogros malos pero hay personas que, a veces incluso sin saberlo, pueden llegar a hacer mucho, mucho daño… En fin. 
>> Y colorín colorado… Espero que te haya gustado.

Nota: Hansel y Gretel son dos pumas que viven actualmente en el Arca de Noé de Alicante. La historia aquí recogida es totalmente real. Más información en www.fundacionraulmerida.es o www.animalesarcadenoe.com


Raúl Mérida