9/6/15

El primer orangután declarado persona

El hombre realmente libre es aquel que reconoce la libertad a todos los seres del planeta.

El asunto ha ocurrido en Buenos Aires y probablemente, es el hecho más revolucionario en la protección de los animales salvajes que haya sucedido en toda la historia de la humanidad. 
Sandra, un orangután hembra que vive en una zoo de la capital argentina, acaba de ser declarada libre. Ya no pertenece al centro en el que vive. Ahora pasará a ser ciudadana de la selva.

Pero vayamos al principio de esta singular historia. 
Todo empezó cuando una conocida asociación argentina de funcionarios y abogados por el Derecho animal, AFADA, pidió el reconocimiento de Sandra, la orangután del zoo bonaerense, como persona jurídica. 
Parece una locura, ¿verdad? Pues no lo es. El planteamiento fue el siguiente; si ella es un animal y como tal, siente, sufre y padece, merece que se le proteja, ¿no? 
Pero, claro, la cuestión era muy complicada. Primero, ¿cómo lograrlo? Y segundo, ¿qué se puede ofrecer a un animal que ha pasado los últimos veinte años de su vida encerrada en una jaula? 
La respuesta a la primera pregunta vino de la mano de un grupo de abogados especializados en la protección de animales. Éstos, hábilmente, plantearon el caso ante la Sala II de la Cámara de Casación Penal y de ahí, fueron directamente a juicio.

La respuesta a la segunda cuestión llegó desde mucho más lejos, en concreto, desde Brasil. Allí, un santuario especializado en primates, ofreció el parque natural que gestiona para que Sandra pudiera comenzar una nueva vida. 
La semana pasada conocimos la sentencia final: Sandra ya no es de nadie salvo de ella misma. Se le reconocieron legalmente derechos y se le declaró como una "persona no humana, con sentimientos y privada ilegalmente de libertad".
Ha sido la primera pero, ¿será la última? ¿Se abre un debate en el mundo zoológico al respecto? ¿Será por casualidad que el primer animal que consigue un nivel de protección tan alto sea un orangután? 

Los orangutanes son una de las especies más avanzadas que existen en el planeta Tierra. Procedentes de Sumatra y Borneo, sus miembros son conocidos entre los habitantes de aquellas tierras como los "hombres del bosque". Cuenta la leyenda que, ante el temor de que los humanos les hicieran sus esclavos,  se marcharon a vivir sobre los árboles. 
La verdad es que no me extraña. Se me ponen los pelos de punta cada vez que recuerdo cómo las mafias apresan a las orangutanes hembras y las trasladan a prostíbulos de Asia donde son encadenas y violadas a cambio de dinero. 
Sin embargo, los orangutanes son los animales más cívicos que pueblan el mundo. Llegan a extremos dramáticos por ello. Imagínense, por ejemplo, que si su territorio y alimento es destruido por un incendio, prefieren literalmente morir de hambre antes que adentrarse en el territorio de otro orangután e invadir el mismo. Esa es, sin duda, la señal más viva de su propia inteligencia, su respeto absoluto a la vida.

¿Y qué pasará a partir de ahora con Sandra? La dificultad más grande para  ella será la de adaptarse a su nueva vida. No hay que olvidar que todos los animales somos seres de costumbres y nada nos da más miedo que aquello que desconocemos. 
En cualquier caso, la importancia de la sentencia es ya, absolutamente, infinita. 
Por un lado, declara literalmente que Sandra "mantiene lazos afectivos, razona, siente, se frustra con el encierro, toma decisiones, posee autoconciencia y percepción del tiempo, llora las pérdidas, aprende, se comunica y es capaz de transmitir lo aprendido", y por otro, realiza un S.O.S. internacional ante la realidad de esos otros orangutanes que aún viven en libertad y que si nadie lo remedia y nadie lo está remediando, en diez años serán ya, simplemente, historia. 
Por eso, para que los conozcan un poco mejor, les invito a que la próxima vez que encuentren a alguno de ellos en los centros especializados donde viven, les miren a los ojos e interpreten su humana mirada. Entonces, piensen en algún mensaje que quieran enviarle y transmítanselo mentalmente.  No darán crédito a lo siguiente que ocurra. Verán una respuesta por parte de él inmediata, ¿y saben por qué? Porque, queramos o no, en el fondo, somos seres conectados por un parentesco no tan lejano que, aunque un día compartimos juntos el planeta, hoy lo hacemos separados por una reja… Pero quién sabe, quizás, a partir de esta sentencia los barrotes sean menos rígidos, más finos y, poco a poco, empiecen a desaparecer de nuevo.


Raúl Mérida


Nota: En el Arca de Noé rescatamos aquellos animales salvajes que necesitan ayuda. Más información en: www.fundacionraulmerida.es , www.animalesarcadenoe.com  o en "El Decano de los Animales".