¿Qué animal creen que es el mayor depredador del mundo, el cazador más infalible y certero del planeta? ¿Quizás, el león? Podría serlo por sus muchas facultades pero, no es así. ¿Y el tigre? Sin lugar a dudas comparte también muchas cualidades con los anteriores pero, no, tampoco son ellos.
El animal más peligroso del planeta para sus enemigos, aquel que cuando se decide a atacar, prácticamente, nunca falla, no es ningún gigante sino todo lo contrario. Se trata, ni más ni menos que de las pequeñas libélulas.
Sus virtudes no han pasado desapercibidas para los ejércitos de todo el mundo, es más, hace tiempo que copian algunas de sus cualidades. Por ejemplo, los aviones de caza están basados literalmente en su forma de volar. Cuentan que fueron varios ingenieros aeronáuticos de aviación los que a principios del siglo XX, recibieron el encargo de crear un avión rápido, potente y sobre todo, muy ágil. Así, tras observar el vuelo de miles de aves, decidieron finalmente que ninguno de ellos igualaba a la operatividad que poseía el de la libélula.
Y es que sus cualidades son muchas. Para empezar, la libélula es capaz de quedar totalmente suspendida en el aire durante varios minutos. Además, su vuelo tiene otras características que lo hacen único. Por ejemplo, su capacidad para poder cambiar de dirección en cualquier momento o algo tan fundamental, casi mágico, como poder volar hacia detrás. Fíjense sólo en un detalle, actualmente, todos los aviones que aterrizan sobre portaaviones basan su forma de vuelo en este animal.
Sin embargo, no es sólo su forma de volar la que les otorga a estos insectos su enorme potencial de caza. En realidad su principal virtud está en sus ojos.
Las libélulas tienen ojos compuestos y muy, muy grandes, lo que les permite una visión de 360 grados. Pero su verdadera cualidad está en que a través de ellos, son capaces de obtener una vista en mosaico. Si se fijan en su ordenador o en su móvil y aplican la función para ver las fotos en mosaico verán que esto les permite ver miles de imágenes diferentes a la vez en un segundo. En el caso de las libélulas, eso les facilita obtener distintas vistas de un mismo animal a tiempo real pero no crean, no se queda sólo ahí la cosa, su potencial visual va incluso más allá.
Las libélulas tienen cinco oxinas –las oxinas son unas proteínas sensibles a la luz–. Para que se puedan hacer una idea, los humanos tenemos tres oxinas que nos permiten distinguir tres colores o luces fundamentales como son la luz roja, verde y azul. Sin embargo, las libélulas gracias a sus cinco oxinas pueden llegar a ver colores que son invisibles para el ser humano. Estas proteínas le permiten, por ejemplo, percibir todos los contrastes que la luz puede ofrecer. Así, para ellas, el azul del cielo es mucho más brillante o el verde de las hojas mucho más intenso, ¿y eso en qué les ayuda a la hora de cazar? Pues mucho porque lo anterior produce un efecto de claridad en su entorno que le facilita identificar con rapidez y absoluta precisión a cualquiera de sus víctimas, aunque éstas se encuentren en movimiento o incluso, situadas a más de doce metros de ellas.
Hoy en día se considera que una libélula caza mortalmente al noventa y cinco por ciento de las víctimas que se propone, cifra que no alcanza ni por asomo, ningún otro depredador del planeta.
Y no crean que en este curioso ranking, tras las anteriores, les seguirían algunos de los animales que he citado al comienzo de este artículo, para nada, probablemente en la lista de grandes cazadores le acompañaría otro gran aviador, por cierto, también muy cercano a todos nosotros pero, es este caso, muy poco querido... Me refiero a los murciélagos.
Cada murciélago puede llegar a comer cada día más de tres mil o cuatro mil insectos y claro, para eso, antes deben haberlos cazado… Su sofisticada técnica para conseguirlo ha despertado también el interés de la industria militar. Los murciélagos no ven con los ojos, ven con el sonido. Por eso, para saber a qué distancia se encuentra un insecto, lo que hacen es emitir ondas sonoras en la oscuridad y escuchar los ecos que las mismas les devuelven, lo que se conoce como ecolocalización. ¿Les recuerda a algo? En efecto, fue la Marina la primera que desarrolló los famosos sistemas de navegación por sonar que tantas vidas humanas han salvado desde su utilización. ¿Quién sabe? ¡Quizás a partir de ahora cuando vean volar a un murciélago puedan mirarles con mayor admiración!
Pero este artículo faltaría a la verdad si realmente no hiciera referencia a un animal más.
Sí, es rigurosamente cierto que los anteriores son grandes depredadores de forma natural. Poseen sentidos que les permiten serlo pero en realidad es el ser humano el único que mata por placer y por cierto, el único que ha inventado máquinas de matar cuyo poder destructivo es tan alto que, probablemente, algún día acaben incluso matándolo a él.
Así que no lo olviden nunca, los mayores depredadores del planeta tierra, en realidad, somos nosotros mismos.
Raúl Mérida
Nota: En el Arca de Noé rescatamos aquellos animales salvajes que necesitan ayuda www.fundacionraulmerida.es o www.animalesarcadenoe.com